Los días 9 y 10 de mayo Aula Cella Cultural realizó un viaje para dar a conocer la provincia de Soria. En total 50 personas participaron en el mismo. Se salió pronto el sábado (a las 7 de la mañana) para poder llegar a tiempo a Almazán, donde nos esperaban unas migas sorianas para el almuerzo. La verdad es que todos hicimos gana, pues cruzamos el pueblo desde la salida al Burgo hasta la salida a Soria. Almazán tiene un centro espectacular y el paseo mereció el esfuerzo. Tras el almuerzo nos desplazamos a Ucero, para conocer el cañón del Río Lobos. Nuestra propuesta era entrar hasta el último aparcamiento autorizado pero los guardas nos dejaron en el penúltimo, lo que suponía dos kilómetros y medio para llegar a la ermita templaria más cuidada de Europa (dedicada a San Bartolomé) y otros dos y medio de vuelta. El paraje es precioso y nos acompañó el tiempo. La salida con autobús del cañón se hizo, por tanto, más tardía y Vinuesa nos esperaba para recomponer fuerzas. Lo de Vinuesa tiene su encanto. Llegamos muy tarde, nos atendieron con una amabilidad extraordinaria y, a pesar de ser las cuatro de la tarde, las patatas con bacalao y la paletilla de cordero estaban en su punto. Algunos visitaron el pueblo, otros jugaron al guiñote. Vinuesa se merece otra visita y ya se concertó la posibilidad de preparar unas jornadas micológicas para primeros de noviembre. Las personas del Hostal Restaurante Alvargonzález se merecen nuestro respeto y nuestra felicitación.
Por la tarde, a Soria (tuvimos que suspender la visita a la Laguna Negra por la lluvia). Llegamos cuando estaban preparando las fiestas de San Juan (sí, las de junio). Soria era una fiesta. El hotel (Alfonso VIII) estupendo y las calles y plazas llenas de jóvenes, mayores, mujeres y hombres disfrutando en los espacios abiertos, tomando cervezas en las calles,… Así hasta las tantas. Los cellanos y cellanas también participaron en la fiesta.
El domingo, temprano, visita a Numancia, enclave celtibérico que se enfrentó a las tropas romanas hace 2200 años. Tuvo que venir Publio Cornelio Escipión para poder reducir a sus pobladores y dar un ejemplo trágico de lo que les deparaba a otros pueblos que mostraran su enfrentamiento al Imperio. Vuelta a Calatayud, para disfrutar de sus calles y plazas, así como de la renovada casa de la Dolores.
Para terminar el viaje, comida en el restaurante de los 20 platos (son 27) en Almonacid de la Sierra. Algunos probaron de todo, los menos alrededor de un 80%.
Un año más, un viaje más, unos cuantos amigos y amigas más. Un placer participar en los viajes culturales de Aula Cella Cultural.
Por la tarde, a Soria (tuvimos que suspender la visita a la Laguna Negra por la lluvia). Llegamos cuando estaban preparando las fiestas de San Juan (sí, las de junio). Soria era una fiesta. El hotel (Alfonso VIII) estupendo y las calles y plazas llenas de jóvenes, mayores, mujeres y hombres disfrutando en los espacios abiertos, tomando cervezas en las calles,… Así hasta las tantas. Los cellanos y cellanas también participaron en la fiesta.
El domingo, temprano, visita a Numancia, enclave celtibérico que se enfrentó a las tropas romanas hace 2200 años. Tuvo que venir Publio Cornelio Escipión para poder reducir a sus pobladores y dar un ejemplo trágico de lo que les deparaba a otros pueblos que mostraran su enfrentamiento al Imperio. Vuelta a Calatayud, para disfrutar de sus calles y plazas, así como de la renovada casa de la Dolores.
Para terminar el viaje, comida en el restaurante de los 20 platos (son 27) en Almonacid de la Sierra. Algunos probaron de todo, los menos alrededor de un 80%.
Un año más, un viaje más, unos cuantos amigos y amigas más. Un placer participar en los viajes culturales de Aula Cella Cultural.
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